Santiajo a reventar !
Voy a Santiago a ver a Jorge (PJorge), un canario con acento de la Mahía, lo cual es tan raro como una fraga de palmeras enanas de Canarias, y encuentro una Compostela reventada de turismo , de horteras con tacón y minifalda azul a juego con el borceguí, rubias teñidas de garrafa y gafas de sol, vestimenta adecuada para comprar y portar un bordón de peregrino con vieira y calabaza, todo para que el pack sea completo y así pasar a la visita oficial el Apóstol
Los parkings estaban a reventar, con colas de espera de hasta 40 automóviles y ni una plaza libre
Ojalá volviesen las lluvias de días pasados y barriesen la escoria del horterismo en aiga que por aquí flota
Nos vemos en el Dakar, que es como una pecera a la vida urbana del Santiago de todos los tiempos
Por delante de sus cristaleras desfilan en procesión incesante y variopinta las hordas de scouts peregrinos cantando en voz en grito Oé, oé, oé ... Somos cojonudos, cooojonuuuuudos ..!, el Zapatones con su disfraz , que parece una carta de la baraja, los turistas buscando un menú del dia con marighco , los compradores de reliquias (taza blanca de vino, pota de queimada, figa falsa, retrato caricatura al carboncillo, los juarros con sus mazas y aros , que distraen el paso del tiempo mientras hablamos (hablo)
Santiago esta en un reventón
Pero los hay que pretenden conseguir la foto imposible, recuerdo de un Camino en bicicleta al igual que otros , turistas de fragoneta, vienen con el orinal de la niña en el bolso a pasearse por Santiago (no voy a preguntar que piensan hacer con la micción infantil, mejor no pensarlo)
Santiago estoupa de calor y gente, de humanidad.
El Dakar es un refugio de clasicismo, sobriedad y saber estar, las cristaleras separan de una multitud enloquecida que pretende sentir la historia en cápsulas, en microespacios de una tarde, comer algo de marisco francés (los pobres se creen que las ostras se crían aquí y no en Arcachon) y decir que han estado en Jalicia este verano
Los parkings estaban a reventar, con colas de espera de hasta 40 automóviles y ni una plaza libre
Ojalá volviesen las lluvias de días pasados y barriesen la escoria del horterismo en aiga que por aquí flota
Nos vemos en el Dakar, que es como una pecera a la vida urbana del Santiago de todos los tiempos
Por delante de sus cristaleras desfilan en procesión incesante y variopinta las hordas de scouts peregrinos cantando en voz en grito Oé, oé, oé ... Somos cojonudos, cooojonuuuuudos ..!, el Zapatones con su disfraz , que parece una carta de la baraja, los turistas buscando un menú del dia con marighco , los compradores de reliquias (taza blanca de vino, pota de queimada, figa falsa, retrato caricatura al carboncillo, los juarros con sus mazas y aros , que distraen el paso del tiempo mientras hablamos (hablo)
Santiago esta en un reventón
Pero los hay que pretenden conseguir la foto imposible, recuerdo de un Camino en bicicleta al igual que otros , turistas de fragoneta, vienen con el orinal de la niña en el bolso a pasearse por Santiago (no voy a preguntar que piensan hacer con la micción infantil, mejor no pensarlo)
Santiago estoupa de calor y gente, de humanidad.
El Dakar es un refugio de clasicismo, sobriedad y saber estar, las cristaleras separan de una multitud enloquecida que pretende sentir la historia en cápsulas, en microespacios de una tarde, comer algo de marisco francés (los pobres se creen que las ostras se crían aquí y no en Arcachon) y decir que han estado en Jalicia este verano
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