Amaneceres estrelecidos
El desierto no es propicio en precipitaciones, por definición, así que aunque la temperatura baje generosamente por debajo de cero grados no nieva casi nunca, pero la escarcha y la helada matinal firman la crueldad térmica de la noche
Para contemplar estos paisajes casi impolutos hay que levantarse temprano porque son etéreos y el menor rayo de sol los hace desaparecer